lunes, 23 de mayo de 2011

La Red Social

Cumpliendo con la misión que nos encargó Patricia Ávila en el último chat de ‘Didáctica de la Educomunicación’, que fue hacer un comentario personal sobre la película ‘La Red Social’, dirigida por David Fincher, me dispongo a hacer algunos apuntes sobre ella.
Lo cierto es que ví la película allá por Navidad, por lo que, en vez de centrarme en detalles sobre el argumento que posiblemente se me vayan a olvidar, intentaré hacer una lectura desde los contenidos de la asignatura.


El primero tiene que ver con el modelo comunicativo. Desde que comienza la cinta, 'La Red Social' nos presenta diferentes formas de comunicación que existen en internet. De hecho, el primer intento del protagonista, el cofundador de Facebook, Mark Zuckerberg, por crear un espacio digital innovador tiene más de modelo matemático que de dialógico. La primera página que diseña –al comienzo de la película- permite únicamente que los usuarios elijan entre varias fotografías de chicas universitarias y den su voto por la que consideran más atractiva (izquierda o derecha, tan sencilla es la ecuación), lo que puede considerarse como un sistema bastante limitado de comunicación, además de cómo un acto un tanto machista. En este sentido, la invención de Zuckerberg al principio emularía otras tantas páginas en las que el usuario no puede modificar, ni comentar, ni crear a partir de los contenidos expuestos en un sitio web. El emisor tiene toda la palabra y al receptor no le queda otra que aceptar las posibilidades que se le ofrezcan.

Junto al modelo representado por este primer intento (llamado Facemash), también asistimos a otros que se acercarían más a la verdadera noción de comunicación, aquella en la que el proceso se desarrolla en ambas direcciones, de una forma, si se quiere decir, mucho más igualitaria entre emisor y receptor. Vemos a Zuckerberg escribiendo en su propio blog –una herramienta 2.0 que, pese a que concede una gran importancia al autor/emisor de la bitácora, también sirve de soporte para un diálogo asincrónico con otros lectores,- y al final, dando luz a una red social en la que hay un alto grado de interactividad y de intercambio de mensajes entre los diferentes usuarios. Tanto es así que a veces es difícil distinguir quién es más emisor, si aquel que abrió la caja de los truenos publicando un mensaje o aquellos contactos que lo comentan hasta apropiárselo en cierta manera. En cualquier caso, la película proyecta, a pequeña escala, los cambios que se han producido de un tiempo a esta parte en las comunicaciones a través de internet. Ahora estamos en un punto en el que los modelos dialógicos llevan la voz cantante (sólo hay que ver el número de usuarios de redes como Twitter, Tuenti o Youtube basadas en la influencia entre internautas), aunque éstos siguen coexistiendo con otros más propios de la era Gutenberg que mantienen el relato único y autoritario creado por el sujeto emisor.

Al margen de este aspecto comunicacional, la película se detiene más en el proceso judicial y en las negociaciones habidas entre los diferentes actores intervinientes en la invención de Facebook que en profundizar en otros factores importantes como podría ser la convergencia de medios.

Aunque en un primer momento lo que guía el nacimiento de Facebook es la intención de que los jóvenes tengan un lugar común para fomentar sus relaciones sociales, lo cierto es que hoy en día esta red social no se puede entender sin el lenguaje multimedia que se opera en él, combinando texto, fotografía, vídeos, videojuegos, grabaciones radiofónicas, enlaces y un largo etcétera de medios que en el pasado pertenecían a un único y exclusivo soporte. Esa variedad de alternativas audiovisuales hacen que Facebook no sólo se haya convertido en el medio de comunicación con mayor número de pseudosuscriptores en el mundo, sino también en el principal canalizador de las múltiples narrativas que tenemos al alcance de la mano. Con una mirada a nuestro perfil o al de otros usuarios, nos daremos cuenta de que el discurso en Facebook integra todos los formatos de expresión de los últimos siglos, demostrando que todos ellos pueden complementarse, enriquecerse y ser entendidos dentro de un relato íntegro y global.

En definitiva, la película de 'La Red Social', más allá de poner sobre las mesas las vicisitudes de sus creadores y el ambiente social universitario en el que se gestó esta red social, constituye un buen ejemplo para entender que las nuevas tecnologías en parte han determinado que nosotros, los usuarios, podamos construir un diálogo más fluido y democrático con nuestros semejantes sin necesidad de vernos cara a cara con ellos. Redes sociales como Facebook han venido a ampliar un espacio -el de la puesta en común, la interacción, la ambivalencia de las partes comunicantes- que antes sólo se daba en la calle, cuando conversábamos, jugábamos o comentábamos fotos con nuestros amigos más próximos. Como dice Jose Luis Orihuela en una entrevista en la página Gente Digital, "la tendencia es hacia una tecnología cada vez más transparente, a unas interfaces que en lugar de alejarnos de la realidad se parezcan cada vez más a ella".

http://www.gentedigital.es/blogs/gentedeinternet/32/blog-post/585/j-l-orihuela-ya-era-hora-de-que-los-medios-comenzaran-a-reconocer-que-tienen-que-reinventarse/

Bien porque aún no había llegado la web social o bien por falta de interés por parte de los poderes políticos-económicos-mediáticos en fomentar una comunicación real a dos o más bandas, la tecnología hasta hace poco no nos daba la oportunidad de trasladar ese diálogo a un mundo virtual. Por tanto, es conveniente resaltar que, tanto desde el concepto de modelo comunicativo como desde la convergencia de medios, páginas como Facebook han revolucionado, a un nivel técnico, las interrelaciones entre seres humanos. No obstante, este alto grado de interactividad no garantiza que el uso que se haga de redes como ésta siempre sea adecuado y desarrolle efectivamente la comunicación entre personas. Detrás de la máquina, puede haber personas, como así aparece el cofundador de Facebook ante los ojos de los espectadores de la película, aisladas, egocéntricas y con buenas dosis de pensamiento de emisor anticomunicativo.

viernes, 29 de abril de 2011

Diferencias interacción-interactividad

La segunda parte de las tareas de 'Didáctica de la Educomunicación' para la semana que viene consiste en establecer las diferencias entre dos conceptos ciertamente interrelacionados; de hecho, ambos comienzan con el prefijo latino inter que equivale a 'en medio' o 'entre'.
Pero, antes de fijarnos en las diferencias existentes entre uno y otro concepto, veamos brevemente varios intentos de definición.

Por interactividad, Sara Osuna, nuestra profesora de Escenarios Virtuales, entendía "la posibilidad de que emisor@s y receptor@s permuten sus respectivos roles e intercambien mensajes". "La interactividad es una propiedad fundamental de las tecnologías digitales que nunca antes tuvieron las tecnologías analógicas. Mientras que un libro o un programa de televisión, por ejemplo, suelen estar diseñados con un punto de entrada y otro de salida, de forma que l@s lector@s o espectador@s accedan a la información ordenadamente desde el principio al final, los documentos multimedia digitales suelen estar compuestos de objetos o eventos (texto, imágenes, sonidos) con relativa independencia entre sí. [...]  L@s usuari@s no van leyendo, escuchando y viendo del comienzo al final del documento, sino que el recorrido depende de sus propias opciones".

Siguiendo una línea similar, aunque quizás más centrada en los medios tradicionales, Meritxell Estebanell, de la Universidad de Girona, comenta en un artículo publicado en una revista de tecnología educativa que la interactividad "debería ser una característica intrínseca de  los materiales multimedia (accesibles o no a través de la red) que  incrementase, cualitativa y cuantitativamente, la capacidad de los usuarios de intervenir en el desarrollo de las posibilidades que ofrecen los programas de manera que se pudiesen mejorar sus posibilidades de trabajo y de aprendizaje". Esta misma investigadora añade algo que, no por más evidente, deja de ser menos interesante hablando de la interactividad: "Se ha pasado de la emisión unidireccional de los antiguos programas radiofónicos o televisivos al proceso bilateral en el que el receptor-usuario-cliente se halla implicado en una experiencia en la que él tiene más posibilidades de intervención".

http://www.google.es/url?sa=t&source=web&cd=1&ved=0CBgQFjAA&url=http%3A%2F%2Fdialnet.unirioja.es%2Fservlet%2Fdcfichero_articulo%3Fcodigo%3D1252603%26orden%3D89124&ei=oXy6TaDJDMKyhAeCwbjMBQ&usg=AFQjCNHP1k9Tl8BC2UCmeS0tapWWtrP90g

Por último, Roberto Aparici y Agustín García Matilla en 'Lectura de imágenes en la era digital' exponen que, detrás de la interactividad, hay todo un espíritu de cambio con respecto a la comunicación. "Aunque para la mayoría de los informáticos e ingenieros, la interactividad está ligada sólo a la relación entre el usuario y el ordenador, para los educomunicadores es una forma de trabajo, una metodología comunicativa de carácter participativo que permite que cada individuo pueda ser un autor o coautor de textos o mensajes".

En cuanto al concepto de interacción, el Diccionario de la Real Academia Española lo define como "la acción que se ejerce recíprocamente entre dos o más objetos, agentes, fuerzas, funciones, etc". Por tanto, la interacción viene a ser un intercambio en el que dos o más partes tienen algo que decir y que compartir. En la teoría de la comunicación, según el Centro Virtual Cervantes, se entiende por interacción "un tipo de actividad comunicativa realizada por dos o más participantes que se influyen mutuamente, en un intercambio de acciones y reacciones verbales y no verbales [...] Una conversación cotidiana, una reunión de trabajo, una clase, un saludo o una partida de cartas, por ejemplo, son interacciones".

En el mismo Diccionario de términos clave de ELE se comenta que la interacción ha sido objeto de estudio de disciplinas como la sociología, la lingüística y la psicología educativa. Desde el segundo de los campos mencionados, el lingüístico, por ser el que más me atañe como profesor de español, existen posturas que se basan en la idea de que "hablar es interactuar y, por lo tanto, en una conversación los papeles de hablante y oyente se intercambian constantemente, es decir, no se da una acción de un solo lado, sino una interacción".

http://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/diccio_ele/diccionario/interaccion.htm

Por último, Dulce Mª Gilbón y Mª del Carmen Contijoch, hablando de los cursos en línea, mencionan que, según el glosario de terminología para la educación abierta y a distancia, la interacción se define como "la acción de socializar ideas y compartir con los demás puntos de vista, conocimientos y posturas con respecto a un objeto de estudio. Esto sólo se da entre personas porque implica una influencia recíproca". Por el contrario, las autoras aluden a que la interactividad se refiere a "la posibilidad que tienen los usuarios para incidir de manera directa en el desarrollo del mensaje a través de cualquier medio".

http://www.google.es/url?sa=t&source=web&cd=4&ved=0CDEQFjAD&url=http%3A%2F%2Fe-spacio.uned.es%2Ffez%2Feserv.php%3Fpid%3Dbibliuned%3A19419%26dsID%3Dn03gilbon05.pdf&rct=j&q=diferencia%20interactividad%20interacci%C3%B3n&ei=oXy6TaDJDMKyhAeCwbjMBQ&usg=AFQjCNH7UxQ1jHuEfsnjvb5UB63wmgZIpQ

Es decir, y recapitulando todo lo dicho hasta ahora, la principal diferencia que observamos entre interactividad e interacción es que la primera pone el acento en una característica particular que reúnen las nuevas tecnologías (que propician que los receptores puedan participar y adoptar un papel más activo en el proceso de mediación, ya sea con internet, con la TV digital, etc.), mientras que la segunda se refiere a un flujo de comunicación entre dos o más agentes que alternan sus roles de emisores y receptores. Por tanto, la interacción puede existir perfectamente sin la interactividad (por ejemplo, se puede dar sin necesidad de mediación tecnológica) y la interactividad, según el grado de libertad de intervención que se conceda a los usuarios en un medio determinado, puede ampliar o anular la interacción que se establece entre ellos y la máquina así como entre ellos y otros iguales. De esta manera, apreciamos cómo ambos conceptos no tienen por qué darse conjuntamente, aunque lo recomendable para lograr una comunicación más democrática y liberadora sería que ambos se retroalimentaran y complementaran. En este sentido, ya hemos visto en otras asignaturas que las tecnologías más avanzadas, y al mismo tiempo las que más importancia conceden al papel que juegan los usuarios, operan según esta lógica: a mayor interactividad (por ejemplo, en los videojuegos de rol online) mayor interacción. Es por ello que quizás, en los nuevos entornos en que nos movemos, la interactividad cobre una gran relevancia como condición previa para promover la interacción de los receptores. Si la interactividad es adecuada, aunque los ejemplos de una interactividad de nivel 4 no abundan más allá de los videojuegos, los usuarios podrían convertirse en emirecs y desarrollar su propia ruta, sin imposiciones de ningún tipo (tal y como ocurría con la web 1.0), por los documentos digitales. No obstante, y como conclusión final, aún estamos en una fase embrionaria en la que la interactividad y la interacción sigue estando bastante limitada en el ámbito de los medios que han dado el salto a lo digital (televisión, radio...). ¿Será por algún tipo de  desconfianza con respecto al poder que pueden adquirir las audiencias?

jueves, 28 de abril de 2011

¿Qué es la convergencia de medios?

Cumpliendo con una de las tareas que nos marcó Patricia Ávila para la próxima semana, quería hacerme eco de lo que es la convergencia de medios según dos autores que he encontrado en internet.

El primero de ellos, Ramón Salaverría, ha escrito un ensayo que lleva por título 'Convergencia de medios'. Se puede acceder a él a través del portal de la revista latinoamericana de comunicación Chasqui.

http://chasqui.comunica.org/content/view/190/64/

En él, Salaverría, investigador de la Universidad de Navarra, intenta hacer una definición integradora que tenga en cuenta todos los matices implícitos en este concepto. Por eso, decide abordar su concreción desde cuatro puntos de vista diferentes: la dimensión empresarial, la tecnológica, la profesional y la comunicativa. Si nos atenemos a lo que indica en cada uno de estos puntos, tendríamos que la convergencia de medios hace referencia:

-A un proceso de diversificación mediática: "La aparición de Internet como nueva plataforma para el periodismo, que ha obligado a revisar los modelos de articulación de los medios en el seno de los grupos de comunicación".
-A una revolución instrumental que ha tenido lugar en los últimos años en los procesos de composición, producción y difusión: "La adopción de los sistemas de gestión de contenidos y la proliferación de nuevos dispositivos receptores digitales añade una segunda dimensión esencial, en este caso tecnológica, en el proceso de hibridación entre medios".
-A los cambios profundos en la labor de los periodistas que cada vez más son multitarea y multiplataforma: "Estas nuevas dinámicas de convergencia están haciendo que el trabajo del periodista sea cada vez más vertical o, lo que es lo mismo, que asuma mayor responsabilidad y protagonismo en el proceso de producción informativa".
-Y, por último, a las nuevas posibilidades de los lenguajes periodísticos a raíz de la introducción de internet que ha supuesto un avance en la integración de códigos comunicativos, dando como resultado un nuevo lenguaje periodístico multimedia.

En resumen, para Salaverría, la convergencia de medios no es sólo un maremágnum de procesos que ha introducido cambios en la labor periodística/comunicativa sino también "un reto  al que los medios no pueden dar la espalda, puesto que los hábitos de vida y, en particular, de consumo de información por parte de los ciudadanos están cambiando rápidamente movidos por esta revolución digital". Me quedaría de su ensayo con una última frase que resume muy bien las implicaciones de esa sucesión de cambios: "La convergencia de medios supone el advenimiento de un nuevo periodismo".

Por otra parte, he encontrado otro intento de definición en el siguiente ensayo de Genís Roca, un investigador catalán:

https://www.cac.cat/pfw_files/cma/recerca/quaderns_cac/Q31-32_Roca_ES.pdf

En él, Roca comenta que la convergencia de medios "no se explica sólo como la incorporación de nuevas tecnologías", sino que en su definición también intervienen otros factores como la tecnología, la economía, la gestión o la evolución profesional. Pero lo verdaderamente interesante del análisis que hace Roca es quizás su enfoque de la convergencia de medios teniendo muy en cuenta a los receptores. Así, dice que "la verdadera convergencia es la que se produce en cada uno de los consumidores, y la estrategia consiste en intentar englobar los espacios de tiempos que pueden dedicarnos, diferentes momentos que atenderemos forzosamente con diferentes medios que convergen en el usuario y sus múltiples interacciones sociales". "En los actuales tiempos de redes sociales y lectura transmedia", agrega, "la convergencia de los medios ya tiene poco que ver con la integración de múltiples aparatos en un solo dispositivo o en fórmulas mágicas contra la crisis [...] La convergencia de medios, lejos del 'todo en uno', se sirve de múltiples soportes y herramientas, y distribuye contenidos en toda clase de canales. En este proceso, lo único que sobrevive del emisor medio es la marca. En el proceso de convergencia de medios, los consumidores se transforman y los medios se minimalizan en la marca". En definitiva, su visión considera que la convergencia ha de articularse en torno a los principales responsables de que los medios sobrevivan, es decir, en torno a las audiencias. "Los medios no deben entender el concepto de convergencia pensando en sí mismos y sus asuntos internos, sino en la audiencia que quieren servir y a su cada vez mayor movilidad y capacidad de acceso a la información en múltiples formatos. Es decir, deben dejar de ver la convergencia como una cuestión de ingeniería y tratarla como un tema de servicio y fidelización del cliente".

Por último, quería dejar un video de Ramón Salaverría y Henry Jenkins hablando precisamente de convergencia de medios.






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viernes, 15 de abril de 2011

Las mediaciones del proceso de recepción

Entender que el proceso de recepción está mediado, tal y como exponen los autores Mercedes Charles y Guillermo Orozco en su artículo, es concebir que este proceso está sujeto a múltiples factores, internos y externos a los propios receptores, que, de alguna manera, influyen en la forma en la que éstos reaccionan a determinados mensajes mediáticos. Desde la perspectiva de la Educación para los medios, se parte de la idea de que el proceso de recepción no se limita a la relación que se establece entre dos entidades (pongamos por caso, un medio emisor como la televisión y un sujeto receptor como nosotros delante de la pantalla), sino que atañe también a un gran número de condicionantes, incluso previos al propio proceso de recepción, que incidirán en el resultado de la elaboración de los mensajes por parte del sujeto. Tanto las herramientas tecnológicas como las psicológicas median en gran parte la actividad, pero, tal y como veremos en la siguiente descripción, existen otros agentes intervinientes que hay que tener en cuenta:

-Mediación cognoscitiva.- El término cognoscitivo procede del latín cognoscere, que equivale a ‘conocer’. Por tanto, esta mediación pone el foco en los procesos mentales de los propios receptores y en analizar de qué forma asumen y transforman internamente la información proporcionada por un estímulo concreto. En esta mediación tiene relevancia todo lo relacionado con la atención, la memoria, la comprensión, la percepción, la motivación o las ideas interiorizadas por los receptores con respecto a los medios.
Por ejemplo, dentro de este campo, podríamos hablar de las diferentes formas de procesar la información (unos medios como la prensa escrita dan un mayor margen para la reflexión del receptor que otros), de qué modo los medios intentan conducir la recepción de las audiencias (por ejemplo, dando prioridad a las noticias más espectaculares o haciendo uso de otras técnicas -el ‘famoso’ “durante la publicidad les mostraremos en exclusiva unas imágenes”- para mantener enganchado a su público) o de cómo el ideario de los receptores concede, de partida, una mayor veracidad a un medio de comunicación antes que a otro (por ejemplo, el gran poder de la imagen como ‘prueba’ o ‘huella visual’ de los acontecimientos ha hecho que muchos individuos crean en la realidad que nos muestra la televisión, aunque, como hemos visto a lo largo del Máster, se trate de una construcción, muchas veces manipulada, de esa misma realidad).
En definitiva, la mediación cognoscitiva mira en el interior de las partes intervinientes en el proceso de comunicación. No hay que olvidar que, tras las pantallas, también hay seres humanos que, en función de la audiencia a la que se dirigen, presentan la información de la manera que sea más provechosa y efectiva para el medio para el que trabajan.

-Mediación institucional.- Al hablar de esta mediación, es inevitable hacer referencia a Louis Althusser y su obra Ideología y aparatos ideológicos del Estado. En ella, el pensador francés percibía a los medios de comunicación como aparatos ideológicos del Estado a través de los cuales “se nos socializa a fin de aceptar la ideología dominante” (2010:30). Junto a ellos, Althusser mencionaba, como otros posibles referentes institucionales que influyen en nuestra forma de ser y, por tanto, de ser receptores, a la iglesia, la familia o el sistema educativo.
Pues bien, la mediación institucional sería aquella que toma en consideración todos los ambientes en los que se mueve o se ha movido socialmente el individuo receptor y que, en muchas ocasiones, han colaborado en la configuración de sus ideas, creencias o comportamientos. Es por ello que interesa conocer, desde la Educación para los medios, qué poso han dejado esas instituciones en los receptores. A modo de ejemplo, podíamos aventurar que el procesamiento mental de una noticia sobre el aborto será diferente según el grado de religiosidad que manifiesten los distintos receptores. Igualmente, la educación que una familia haya proporcionado a un joven con respecto a los medios puede convertirse en un hecho decisivo en la manera en que éste asume y consume la información que le llega a través de diversas fuentes.
Como se dice en el texto de Charles y Orozco, no siempre las influencias provenientes de estas instituciones son sumativas, sino que, a veces, luchan entre sí por el interés de ‘formar’ ideológicamente a un individuo. Los autores ponen el ejemplo de la guerrilla existente entre la escuela y la televisión, dos mundos que siguen percibiéndose como antagonistas pese a los intentos de la educomunicación, pero lo mismo se podría decir de las batallas protagonizadas por la familia y los medios (hay familias que hacen un uso irreflexivo de los medios y otras que intentan guiar a sus hijos en su acercamiento a ellos) o los partidos políticos y los medios (desde la política se intenta influir en los temas que ofrecen los medios, por ejemplo en cuanto a la exposición al público de sus líderes políticos).
En resumen, siguiendo el punto de vista de la Educación para los medios, las mediaciones institucionales deben ser valoradas en el proceso de recepción dado que estas instituciones han jugado y juegan un papel importante en nuestro desarrollo sociocultural y en nuestra sensibilidad con respecto a los asuntos que conocemos.

-Mediación del entorno.- Como la propia palabra indica, esta mediación hace referencia a todas las características que rodean y definen al individuo desde una triple perspectiva: situacional, contextual y estructural.
Si la mediación cognoscitiva hacía hincapié en la estructura mental que se pone en marcha en nuestro yo interno y la institucional en los agentes sociales que en cierta forma nos modelan como sujetos, la mediación del entorno atiende más a nuestro contexto más inmediato (es decir, nuestro hogar), a nuestra forma de vivir y a nuestros rasgos identitarios originales. Así, la mediación situacional trataría de analizar cómo está configurado el espacio familiar en relación con los medios (sobre todo, con respecto a la televisión) y qué usos son los que se fomentan en un hogar determinado. Como se comentó en el último chat, unas familias pueden utilizar la televisión como un objeto para interrelacionarse y debatir sobre la sociedad (es lo que ocurre con géneros televisivos como las noticias o los programas de tertulias políticas), otras para fomentar un uso individualizado de los medios (por ejemplo, las familias que disponen de varios televisores para satisfacer los diferentes intereses de sus componentes) y también puede haber muchas otras que sólo quieran de la tele una compañía o una distracción momentánea. En resumen, el número de dispositivos o de medios que entran en una casa (pensemos por ejemplo en un padre o una madre suscritos a un periódico) y, sobre todo, la interacción que tiene lugar en torno a ellos va a ser un factor de gran importancia para determinar cómo es el proceso de recepción de un individuo y si éste está influenciado por algunas practicas compartidas o no por la familia.
En cuanto a las mediaciones contextuales, observamos que hay dos microsistemas, entendiendo por éstos los contextos más inmediatos del individuo, que intervienen en el moldeado de nuestro proceso de recepción. Me refiero a la escuela y a la familia. En mi opinión, según cómo nos eduquen en estos dos entornos, tendremos un mayor o menor capacidad para observar y analizar críticamente los mensajes con que nos bombardean los medios. Además de estos dos grandes factores, las mediaciones contextuales también aluden a otros aspectos que forman parte de nuestra identidad como nuestro lugar de origen, nuestro trabajo, nuestros hábitos, los valores que tenemos o nuestros objetivos en la vida. Como se puede apreciar, todos ellos parten de las dos grandes esferas mencionadas y de las actividades, roles y relaciones interpersonales que la persona experimenta a lo largo de su existencia y en estos escenarios dados (decimos ‘dados’ porque apenas podemos elegirlos por nosotros mismos cuando somos niños o adolescentes).
Por último, en relación con las mediaciones de entorno estructurales, hemos de decir que, según Charles y Orozco, son aquellas que provienen de las formas de diferenciación social más conocidas (la edad, la etnia, el género, la clase social…) y que, como hemos dicho antes con las anteriores, resultan decisivas en nuestra competencia como receptores. Muchas de estas características pueden tener tanto peso en nuestro modo de acercarnos al proceso de recepción que pueden llegar a imponerse a otras mediaciones como las cognoscitivas o las institucionales. Pensemos, por ejemplo, en un sujeto perteneciente a una clase social baja que no ha tenido ni la educación ni los medios necesarios para poder evaluar de forma crítica e independiente un mensaje. Del mismo modo, la edad puede presentarse como un hándicap difícil de superar cuando se trata de educar para los medios a personas mayores, independientemente de su nivel educativo o de la influencia que hayan ejercido sobre ellos otros agentes institucionales. Las limitaciones físicas o psicológicas pueden anular por sí solas cualquier otra posible mediación. Por tanto, diríamos que las mediaciones del entorno -situacionales, contextuales y estructurales- y las institucionales, y en especial las relativas a la escuela y la familia, son las que van a marcar, en buena parte y progresivamente, la destreza para la recepción que desarrollen los individuos. Como bien se decía en el artículo, “el público no nace, sino que se hace”. Es en esa múltiple interacción con las mediaciones que hemos ido comentando donde se va configurando nuestro yo como receptores.
En definitiva, una buena Educación para los Medios tendría que autoimponerse el objetivo de hacer que el individuo sea consciente de los factores que influyen en su conducta como receptor. Sólo así habremos dado el primer paso para que los receptores pasivos y acríticos empiecen a adoptar una postura distinta. La meta a largo plazo es que ellos tengan voz y voto y puedan controlar el propio proceso de comunicación a que, muchas veces y sin apenas darse cuenta de ello, están sometidos a diario.

viernes, 25 de marzo de 2011

Educar para los medios

Como nos pidió la profesora Ávila, esta tarde he estado revolviendo papeles, aunque más bien tendría que decir códigos binarios, para saber un poco más sobre educación para los medios. Aunque aparentemente puede ser confundida con la educomunicación, esta disciplina, sin rehuir la filosofía inherente a la palabra que acabamos de mencionar (de hecho, se puede decir que se inscribe dentro de la educomunicación, ya que, como señala Masterman, "la enseñanza eficaz de los medios exige modos de enseñanza no jerárquicos y una metodología que fomente la reflexión y el pensamiento crítico y que, al mismo tiempo, sea lo más viva, democrática, centrada en el grupo y orientada a la acción que el profesor pueda conseguir"), se centra más bien en el cómo se aborda la enseñanza de los medios de comunicación dentro del ámbito educativo. En este sentido, la propia conjunción de palabras inserta en la 'educación para los medios de comunicación' ya plantea una diferencia de trato evidente con respecto a la educación mediática que sigue predominando hoy día, la educación por los medios de comunicación. La educación para los medios vendría a ser la propuesta metodológica e interdisciplinar antitética de esa postura tradicional que intenta encasillarnos como simples reproductores de lo que enfatizan los medios de comunicación de un modo unilateral: ya sea consumo, ideas políticas, valores, cultura, etcétera... A continuación, voy a extraer las ideas más interesantes de tres artículos que he leído sobre esta temática:

La educación para los medios
http://dialnet.unirioja.es/servlet/fichero_articulo?codigo=2041009&orden=87772

Patricia María Nigro:

La educación para los medios de comunicación es, definitivamente, un contenido transversal, teniendo en cuenta que [...] tres características esenciales de estos contenidos son: se refieren a la realidad social y a sus problemas más significativos [...]; enfocan especialmente valores y actitudes relacionados con las normas sociales; exigen el aprendizaje del juicio crítico para abordar la realidad social y son temas o contenidos que se desarrollan dentro de las áreas curriculares, en forma integrada con los contenidos ya existentes (pp.24)

Gilles Lipovetsky, en 'La era del vacío', entiende la fascinación por los medios como una muestra más del vacío exsitencial de la posmodernidad en que vivimos, y como un signo del individualismo, por la privacidad que implica el goce de aquellos. Respecto de la educación, sostiene: El discurso del Maestro ha sido desacralizado, banalizado, situado en el mismo plano que el de los mass media...(pp.20)

La educación para los medios de comunicación comprende: complementariedad entre escuela y medios; uso de los medios como fuentes de información actualizada, desarrollo del espíritu crítico para juzgar los valores transmitidos; alfabetización audiovisual (conocimiento del código); comprensión de la polisemia de los mensajes; actitud de influir en la mejora de los productos mediátios, dominio de los elementos técnicos de cada medio; participación activa del receptor; democratización de los medios y defensa de las identidades nacionales y regionales. (pp.22)

 Tres pilares de la educación para los medios
 http://www.uned.es/ntedu/espanol/master/primero/modulos/teorias-del-aprendizaje-y-comunicacion-educativa/artirene.htm

Irene Martínez analiza la educación para los medios de comunicación desde tres aristas: el enfoque humanista (¿qué tipo de ser humano se pretende formar con la EPM?), el constructivismo desde la psicología y el enfoque sistémico (equivalente al emirec de Cloutier) desde la comunicación.

"La Educación para los medios se encamina principalmente al fomento de actitudes reflexivas, críticas y  creativas frente a los medios de comunicación y las nuevas tecnologías, por ello debe preguntarse por el ser humano que está formando, la forma en la que éste adquiere los procesos cognoscitivos que le permitirán dar respuestas a los avances tecnológicos que le depare el futuro y cómo debe concebir los procesos comunicacionales"

La educación para los medios
http://es.catholic.net/comunicadorescatolicos/580/2704/articulo.php?id=29603

El profesor Bolívar Chiriboga se hace eco de una definición de José Martínez de Toda y Terrero que nos parece muy significativa: "Educación para los medios es un proceso que busca formar en el sujetos estas dimensiones educativas: alfabetizado mediáticamente, consciente, activo, crítico, social, y creativo, pero entendido según las teorías más recientes. Tal educación le permitirá participar más plenamente en la cultura popular contemporánea, tal como es presenta en los media masivos".

Espero que, gracias a este resumen, pueda afrontar con una idea más sólida el chat de la próxima semana.

Bienvenid@s a mi blog

Hoy 25 de marzo doy por inaugurado el blog de la asignatura Didáctica de la Educomunicación, correspondiente a la especialidad de Comunicación Digital del Máster de Educación y Comunicación en la Red de la UNED. Espero utilizar este blog como plataforma para reflexionar sobre los diversos aspectos de la asignatura, para mostrar las actividades que vamos realizando semana a semana y, por último, para construir mi vida audiovisual con los principales recuerdos que he acumulado hasta el momento. Si la memoria no me falla, intentaré dar cuenta de todos ellos.

Un saludo.